Ya hace meses que compré a bicicleta, animada por Gaute por supuesto que es el que tiene aficción. Yo dejé de montar en bici a los 14, así que ha sido todo un descubrimiento, no sólo como medio de transporte o aparato de deporte; si no también lingüísticamente hablando. Existen bocablos en castellano que yo nunca me había parado a pensar, por ejemplo guardabarros. Será porque desde los 14 no estoy cerca de vehículos de dos ruedas sin propulsión automática, pero no se me había ocurrido que un guardabarros, efectivamente te guarda-del-barro. Bicicleta no tenía, así que claro, tenía que pasar... Día de lluvia + Torriente con pantalón blanco bajando a toda pastilla con bicicleta porque llegaba tarde a escalar = Pantalón negro, cazadora con espalda moteada y Torriente empapada. Tsk, tsk, tsk. Resultado, bicicleta tiene guardabarros, además de otros accesorios:

- Neumáticos con tacos: Está llegando el invierno y empieza a haber hielo en las calles. El hielo caminando tiene peligro, pero con bicicleta y cuesta abajo ya ni te cuento.
- Cestuca delantera: Lo de poner una cestuca en una bici de montaña es idea mía, no compartida por el aficionado. Pero mira, no puedo ir todo el santo día con una mochila a la espalda. La cestuca permite llevar el bolso, aparte de un chaleco reflectante. Tengo que admitir que por las noches voy con él puesto, reduce significativamente el riesgo de ser arrollada, aunque aumenta notoriamente el vitolismo. Es imposible combinar el atuendo diario con una chaleco reflectante :-)
Arriba estamos bicicleta y yo dispuestas a ir a montar en bici por los alrededores de Oslo.
