Sales de casa y sólo oyes el shcss, shcssh, cuando aplastas la nieve recién caída. Pero claro, el "blanca, blanca" no puede durar para siempre. Al cabo de unas horas, después de que los coches hayan circulado por un rato, las calles ya son un puro barrizal. Y sólo oyes el choff, choff, choff, al cruzar intentando sortear la masa de barro-nieve-agua.
Al cabo de varios días, el cruzar la calle todavía es más complicado porque se junta el barrizal con las montañas de nieve que se acumulan a los lados (la que quitan de las aceras y carreteras, en algún lado la tienen que amontonar). Si a todo esto se une el que suba la temperatura un día, el que llueva, y el que baje la temperatura de nuevo... Entonces ya el tema es "interesante". Las calles se convierten en auténticas pistas de hielo. Y aquí es donde uno desarrolla el equilibrio que tenía olvidao desde la infancia. He comprobado que el ir arrastrando los pies ayuda, para identificar las zonas potencialmente peligrosas con anticipación. Pero claro, eso está totalmente en contra de las enseñanzas de tu madre. No paras de oir en tu cabeza la voz que te decía a tus 14 años, cuando caminabas por el pasillo con una chaqueta tres tallas más grandes que le tuya y se oía el pzzzzium, pzzzzium de los pies por toda la casa, "camina bien, no arrastres los pies". Así que de momento no consigo seguir con la técnica arrastratoria mucho rato, y paso al ritmo africano, piano, piano. Ay que decir que de momento no me he caido, pero imagino que será cuestión de tiempo. Ahora sí, el otro día oí en el telediario que había una página web donde te podías chivar si los tractorillos de turno no habían pasado por tu calle. ¡Justo además salía mi calle-pista-de-hielo como ejemplo! Estos noruegos no saben con quien se la están jugando, me voy a jartar de chivatazos :-) Claro que, no dijeron el nombre de la página web, me pregunto como se dirá web-para-denunciar-que-los-tractorcillos-no-han-pasado-por-mi-calle en vikingo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario